Para ser sinceros, yo no creía en los intercambios estudiantiles. Siempre he pensado que un viaje debe ser una inversión que te ayude a crecer como persona en todos los aspectos. Para ser un mejor alumno, hijo, amigo, y retribuir algo útil a la sociedad. Para mí, este no era el caso. Sin embargo, después de cinco meses de haber estudiado en San Diego State University como estudiante de intercambio, pienso que la movilidad estudiantil debe ser una experiencia obligatoria para todos los alumnos de cualquier nacionalidad, en alguna de sus etapas académicas.

Fue una inversión totalmente redituable donde aprendí muchísimo más de lo que había contemplado en un inicio. Por ejemplo, siento que esta experiencia para mí fue una breve introducción al mundo independiente, donde me encontré sola con mi persona, mi futuro, y mis metas en la vida. Este proceso me ayudó a madurar, a vencer mis miedos, valorar a mi familia, y a definir un poco más mis proyectos a futuro. Por otro lado, me encantó estar rodeada de gente tan diferente a mí, y poder aprender de sus valores e ideologías. Tuve la oportunidad de crear bonitas amistades con gente de distintas partes del mundo. Esto me ayudó a ampliar mi panorama y me incitó a adquirir nuevas y quizá mejores estrategias para vivir.

*Extracto de testimonio