Al tomar la decisión de irte de intercambio, lo haces teniendo en mente ciertas expectativas. Sabes que se aproximan buenos tiempos que no sólo se quedarán en tu vida, si no que probablemente cambiarán tu rumbo para llevarte a ser una mejor persona. Supones qué es lo que te tocará conocer, pero queda en suposición. También te puedes llegar a sentir inspirado: recargas las ganas de aprovechar de la mejor forma tu tiempo para enriquecer tu persona.

Me fui a estudiar a San Diego State University, una universidad enorme que cuenta con una población y diversidad de alumnos asombrante. Durante mi estancia en el campus me tocó escuchar a gente hablar francés, hindi, japonés, chino, alemán, ruso, y otros idiomas que no reconocí.  Había una gran cantidad de estudiantes que provenían de otros países y, en general, eso provocó que sintiera como si mi intercambio en realidad hubiera sido a una especie de villa internacional, además de haber sido a una ciudad y escuela americanas.

Puedo decir que fue la decisión correcta. Sentí libertad e independencia y aprendí a ser más autosuficiente. Así mismo, mi visión se amplió: dado que estudio Ingeniería de Software y tomé materias de ciencias computacionales, me tocó conocer a maestros que han estado en el campo desde el inicio del Internet y también me tocó darle un vistazo al apoyo y avances existentes en cuanto al área. Fue una experiencia interesante.

En cuanto a la escuela, fue otro ritmo, totalmente. Me encantó la forma en que impartieron mis materias. El estilo de educación es muy bueno, quizá no muy diferente en cuanto a dificultad, pero si más pesado. Pero entre más retos, mejor; y sentí que lo aproveché. Y por fin conseguí la práctica de inglés conversacional que necesitaba.

Si ya creía que conocía a San Diego, estaba equivocada.  No se puede decir que no hay lugares a donde salir y conocer, nueva comida que probar, cosas que hacer. Es una ciudad ocupada y su tráfico de las cinco lo comprueba. Como llevé mi carro, me podía dar el lujo de ir a donde quisiera.  Manejar en los freeways es algo que creo que extrañaré; no por el hecho de manejar, si no porque sientes que estás en una ciudad grande y viva. Era algo a lo que no estaba acostumbrada y a lo que sin duda regresaría.