En búsqueda de la felicidad laboral

Coord. de Promoción Electrónica

El mundo empresarial está genuinamente preocupado en la generación de espacios laborales en donde sus trabajadores se sientan completamente felices y realizados. Las organizaciones que se presentan como globalizadas y modernas deben asegurarse, no sólo de generar crecimiento económico, sustentabilidad y tener alianzas estratégicas, sino también de tener personal feliz y satisfecho en el desarrollo cotidiano de sus deberes y obligaciones. Si la razón de ser de estas personas es crecer y permanecer en la vida productiva, entonces ¿quién es el principal generador de crecimiento en una empresa o institución? No es tan complicada la respuesta, habrá quienes con una ceguera empresarial o una esclerosis organizacional de inmediato contesten la gerencia, finanzas, mercadotecnia, ventas, y así pudieran presentarse muchas respuestas, pero la respuesta más simple es y debe ser la persona, el ser humano, el trabajador, llámele como le resulte más familiar.

Si el empleado es tan importante en la organización, ¿Cómo impacta su felicidad al momento de desarrollar sus actividades? ¿Tendrá relación directa con el estado de ánimo que presente el mismo en todas las funciones concernientes a su trabajo? Un trabajador feliz tendrá un crecimiento emocional y de compromiso que influirá de manera directa en su actuar. No se trata solo de generar un ambiente de cordialidad con las mejores condiciones de trabajo, con diseño ergonómico, las mejores instalaciones, inclusive los mejores jefes, ya que siempre debe haber un espacio de crecimiento en lo económico, en lo profesional y en lo personal. Cuando un trabajador siente y finalmente comprueba que estos aspectos no están siendo atendidos adecuadamente por la empresa o institución lo va percibir como un retroceso en su vida laboral, y lo llevará a experimentar sentimientos encontrados de inseguridad y por lógica de frustración.

De esta forma la empresa y las instituciones se deben no solo preocupar sino más bien ocupar en aquellas acciones por medio de las cuales logre satisfacer estos tres espacios vitales para cualquier trabajador. Pero, ¿cómo? Transformándose en empresas empáticas, afectivas, comprometidas, buscando siempre ser innovadoras en cuanto a la asignación de actividades para su equipo de trabajo. Esto desarrollará un estado de confianza y por consiguiente de felicidad y compromiso al trabajador, porque él mismo estará generando tareas bajo retos. Las organizaciones deben estar al pendiente de la responsabilidad que tienen con las personas que trabajan para ellas, esto implica que exista una comunicación uno a uno, valorando a la persona como tal, como el ente generador de desarrollo de las mismas. El trabajador también tiene que estar consiente que un adecuado desempeño contribuye de manera significativa al crecimiento y posicionamiento de las organizaciones para las que trabajan; lo anterior de manera directa deberá contribuir al crecimiento económico, profesional y personal del mismo trabajador. ¿Se debe pensar que de esta manera se inicia el arduo camino de la construcción de la felicidad laboral para el trabajador? Siendo objetivos y analíticos podemos observar a nuestro alrededor cuantas empresas actualmente están creando programas para atender la generación de la felicidad entre su equipo de trabajo como punto central de desarrollo de las persona y de las organizaciones.

No es raro que la gran mayoría de las personas que prestan sus servicios en una organización pasen más tiempo en su lugar de trabajo que en sus propias casas. Este fenómeno debe ser un motivo suficiente para que las empresas desarrollen un plan de vida y carrera que conlleve al desarrollo integral de su personal. Esto arrojará como consecuencia un compromiso del colaborador, porque la empresa está haciendo su parte creando un ambiente de certidumbre, que se traducirá en un comportamiento organizacional tendiente a la cooperación y compromiso cuyo fin último será la consecución de logros y tareas de manera eficiente, en un ambiente laboral con seres humanos felices y altamente competitivos. Y, finalmente, el empleado, al ver respetado y reconocido su esfuerzo, se comprometerá con la misión y los objetivos organizacionales.