El abstencionimso de BC en 2015

Coord. de Promoción Electrónica

Una de las hipótesis es que mucha gente está de paso en nuestras ciudades, aquí se credencializa y después termina residiendo al norte o al sur de nuestra región. Podría ser, pero eso no podría explicar un abstencionismo gigantesco del 70%. El órgano electoral dice que está permanentemente depurando y verificando el padrón, pero se antoja que algo tiene que hacerse mejor asumiendo que sí es cierto que algunos de los electores que están dados de alta en el padrón electoral de Baja California en realidad viven en otra parte.

Otra hipótesis quizá más creíble es que en el 2015 la gente en Baja California simplemente no salió a votar porque sintió que el comportamiento de las principales autoridades a nivel nacional y a nivel regional dejó mucho qué desear. En ese sentido rondaba en la mente del votante promedio la idea de que no tenía mucho caso ir a votar si al final los políticos terminan haciendo lo que les viene en gana en temas muy importantes, como por ejemplo, el alza del IVA en la frontera. Se trató de una puñalada de los legisladores federales que no terminó de cicatrizar en el imaginario colectivo.

Esta segunda hipótesis me parece un poco más probable de que haya sido la causante de que muchos votantes simplemente le dieron la espalda al sistema de partidos y hayan optado por mostrar su repudio a la forma en que se comportan los funcionarios de elección popular.

Una tercera causa tiene que ver sin duda (aunque sea en parte) con el hecho de que Baja California fue uno de los Estados en los que no coincidieron elecciones estatales con las federales. Sin duda que es más emocionante elegir a funcionarios locales que a los Diputados Federales, que tradicionalmente son electos y no vuelve a verlos la gente nunca jamás. En ese sentido urge que se terminen de hacer las reformas a la legislación electoral estatal de Baja California a fin de poder tener elecciones concurrentes con las federales y no nos vuelva a pasar lo mismo.

Finalmente sí que creo que una buena parte del electorado no fue a votar porque las campañas estuvieron muy aburridas. La mayoría de los candidatos (con alguna excepción) repetían guiones desgastados que no le provocaron ninguna esperanza a los electores. Hablaban, pero en el fondo no decían nada. Campañas tan aburridas son también el signo de los tiempos cuando los propios candidatos no tienen bien claro qué es lo que espera el votante de ellos. En realidad el votante quiere encontrarse con gente valiente, sin temores, con cierta preparación y con la sensibilidad necesaria para entender que el horno no está para bollos, porque tanto los escándalos nacionales y regionales de corrupción no hacen más que enfurecer a un votante que se siente traicionado.

Los votantes no son torpes. Se dan cuenta de todo y como están las cosas, al no encontrar candidatos creíbles, simplemente no se toman la molestia de ir a las casillas. Eso lo tienen que entender quienes quieran ser candidatos en estos tiempos, porque con campañas light y candidatos sin credibilidad no habrá forma de entusiasmar al votante.