Liderazgo

Coord. de Promoción Electrónica

El fútbol requiere, como en otros textos he mencionado, una gran cantidad de valores. Paralelamente a estos, este deporte también hace gala de una serie de aptitudes que el individuo involucrado en el ambiente de las patadas debe poseer y sin duda uno de los más importantes es el liderazgo.

 Ser líder dentro de la cancha y el vestidor no significa ser el jefe supremo de la plantilla, ser el líder requiere una visión más allá de lo pedido. Significa ser la conexión entre el técnico y la plantilla, ser líder significa ser ese jugador que tenga un peso específico dentro de un conjunto, en otras palabras se pudiera traducir en ser el capitán. Portar un gafete de capitán es uno de los sentimientos más bonitos que te puede dar el fútbol. Cuando se es capitán todas las miradas y los reflectores están sobre ti, sin embargo esto pasa a segundo término ya que siendo poseedor del cargo, el único interés que se debe de tener es el de buscar el equilibrio dentro de la plantilla y en base a acciones justificar los motivos del técnico en los cuales se basó para otorgar tan importante responsabilidad.

El fútbol mexicano nos ha dado grandes líderes de las canchas, Fernando Quirarte, Albert García Aspe, Rafael Márquez, Oswaldo Sánchez, Cuauhtémoc Blanco, etc. y todos y cada uno de ellos se han destacado por tener un sentido de lucha y garra bien cimentado, mismos que los llevaron a ser los máximos referentes dentro de nuestra selección nacional durante años. Ser capitán de un equipo es una enorme responsabilidad que sólo aquel que tenga bien definido sus objetivos podrá hacerle honor a tan importante puesto. Como capitán, las obligaciones se duplican, se debe de poner el ejemplo y se debe de tener al equipo tatuado en la mente para que, con ese sentido de pertenencia institucional, las decisiones, declaraciones y palabras de aliento busquen el pro activismo del conjunto que será encausado a cumplir los objetivos de un cuerpo técnico.

Sin embargo el liderazgo no es sinónimo de ser el capitán del equipo. Dentro de mí paso por las canchas y todo lo que he visto e investigado del ambiente profesional, el líder del equipo no necesariamente debe de portar un gafete durante un partido o toda la temporada regular. Un ejemplo que salta a mi mente es el del portero más longevo actualmente del fútbol mexicano, Oscar Pérez, mejor conocido como “El Conejo”. Oscar, dentro de su brillante paso como profesional ha poseído el gafete en contadas ocasiones ya que, y recordando sus declaraciones, siente que no es el hombre indicado para llevar la batuta dentro del vestidor; pero su simple presencia en el listado de jugadores hace que los jóvenes se cuadren ante su largo trote y experiencia, definiendo las anteriores como otro tipo de liderazgo.

La pregunta más importante, ¿se nace con el sentido de liderazgo o se construye con el correr del tiempo? Yo pienso que las dos se complementan. Pienso que todos nacimos para ser líderes, pero únicamente nosotros somos los responsables de dar un paso al frente, levantar la mano y comprometerse el doble a la hora de cumplir con las responsabilidades que esta posición requiere. México necesita líderes, necesita jóvenes proactivos que busquen el progreso constante y paulatino. Si los jóvenes vieran el ejemplo de grandes líderes del deporte como los que he citado, pero aplicando la aptitud en el día a día, el México de mañana sería mejor que el de hoy y que el de ayer.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Enrique Reyna Sánchez, estudiante de 5to. semestre de la carrera de Contador Público Internacional en CETYS Universidad campus Mexicali. 20 años. Apasionado del deporte y muy específicamente del fútbol.