Porteros

Coord. de Promoción Electrónica

Estaba ayer viendo unos cuantos videos en Internet sobre la participación de nuestra selección en la Copa del Mundo Brasil 2014 y de todos los minutos que reviví, el sentimiento de orgullo que sentí al ver las grandes atajadas de nuestro portero, Guillermo Ochoa, fue enorme.

Más allá de sentirme orgulloso de que un mexicano haya triunfado en el escenario más grande del mundo futbolístico, Memo despertó en mi ese sentimiento único de comprender, guardando las debidas dimensiones, las sensaciones que existen en el momento de defender el arco durante un partido. Ochoa hizo la grande, su nombre se proyectó en mayúsculas y la confianza, no solamente de la plantilla sino de toda una nación aficionada a este deporte, se fortaleció de gran manera al atajarle cuanto tiro le hicieron los jugadores de Brasil, Camerún, Croacia y Holanda.

Ser portero es un sentimiento único, difícil de describir con palabras. Pero una cosa si es segura, todo gran portero ha pasado por todo tipos de momentos, tanto malos como buenos, así como el mismo Ochoa, como cuando se equivocó en un amistoso contra Corea costándole la titularidad en el mundial de Sudáfrica 2010, o el imborrable autogol del mejor portero extranjero que ha jugado en México, Miguel Marín contra los Potros de Hierro del Atlante. Sin fracasar no se llega al éxito, y existen grandes porteros que se han equivocado y han alcanzado el nivel más óptimo después de haber aprendido de sus errores.

Si bien es cierto que cualquier error del portero se refleja directamente en el marcador, también lo hacen los aciertos. Cada atajada, cada lance, cada blocaje, atrapada, salida, etc. es un gol menos en contra y pocos lo ven de tal forma. Estar en el área de los 16.50 metros cubriendo una estructura de metal de 7.32 metros de ancho por 2.44 metros de alto no es sencillo, y muchas veces se ve fácil, pero solo los que han estado atrás, portando un uniforme diferente al de los compañeros y gozando de facultades como el utilizar las manos son los únicos que saben en carne propia lo riesgoso que es ser portero.

Así como sucede en la vida diaria, en los diferentes ámbitos tanto laborales, escolares, sociales, entre otros; cualquier error tiene consecuencias, pero pocos son los que lo aceptan, se disponen a vivirlo, sufrirlo y se esfuerzan en superarlo. Ser portero es una experiencia solitaria que te mantiene en el límite en cada partido, y créanme, de ser sencillo cualquier individuo se colocaría los guantes y defendería a muerte esa tercia de postes, pero en la realidad es otra.

Ante cualquier error levantemos la frente, trabajemos en enmendarlo y así como Guillermo Ochoa tuvo que esforzarse, sacrificarse y aguantar todo tipo de críticas durante 8 años para posteriormente colocarse como el indiscutible en la selección, hagamos lo mismo en nuestras vidas y luchemos por lo que verdaderamente deseamos para nosotros...

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Enrique Reyna Sánchez, estudiante de 5to. semestre de la carrera de Contador Público Internacional en CETYS Universidad campus Mexicali. 20 años. Apasionado del deporte y muy específicamente del fútbol.