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• Induciendo al nuevo empleado

Dentro de las etapas que se viven en el proceso de entrada de un nuevo directivo en la organización, la inducción tiene especial importancia. En cierto modo es la etapa donde el nuevo integrante conoce a quienes son sus compañeros de viaje. En los procesos tradicionales de inducción el énfasis se hace en que se conozcan los procedimientos para la operación, la ubicación física de las personas, los proyectos con los que tendrá contacto y los vínculos con otras áreas de la empresa. Hoy la tecnología, el abatimiento de niveles en las organizaciones, junto con la entrada de nuevos contendientes en el mercado hacen que no se disponga de mucho tiempo para que el recién llegado se ambiente y se enganche bien.

El proceso de entrada del nuevo directivo tiene que planearse, porque si no es así, la información que reciba será optimista o pesimista, dependiendo de con quienes tiene sus primeros contactos. Es conveniente determinar con quienes debe de platicar y así como de los temas importantes a revisar. Ayudará mucho darle seguimiento a los resultados de los contactos para ayudarlo a ir formando lo que se conoce como la ‘red de relaciones', elemento crucial en la eficacia del nuevo directivo. Algo que puede ayudar al nuevo integrante a orientar su integración es establecer un tiempo para el proceso y las metas a lograr. Pueden ser 60 o 90 días en los cuales se debe hacer un seguimiento cercano de las reuniones con los contactos además de definir su entrada a la ‘vida real' en la organización. Con éste seguimiento también se pueden identificar las áreas fuertes que maneja el recién llegado y hacer los ajustes necesarios, además de tener una idea clara de cómo se manejan los asuntos en la nueva empresa.

Conocer no solo a las personas sino también los procesos críticos puede ayudar a tener un ‘buen aterrizaje' en la empresa, además de las consecuencias que tiene que la operación no sea manejada con eficiencia. Inducir es diferente a entrenar. La inducción tiene que ver más con aspectos estratégicos, más que operativos. Finalmente vale la pena decir que el mejor plan de inducción para niveles directivos es el que se tiene pero es necesario irlo mejorando. Si no se tiene definido uno, conviene trabajar en definir uno, porque de otra forma el recién llegado no conocerá todo lo que requiere su nueva responsabilidad y sus esfuerzos serán mal dirigidos. La primera impresión, dicen, es la que vale.

Fuente: El Universal.com.mx